viernes, 22 de mayo de 2009

"Vamos a suponer que cierto día o cierta noche un demonio se introdujera furtivamente en la soledad más profunda y te dijera:
-Esta vida tal como tú la vives y las has vivido tendrás que vivirla todavía otra vez y aún innumerables veces; y se te repetirá cada dolor, cada placer y cada pensamiento, cada suspiro y todo lo indeciblemente grande y pequeño de la vida-.

Además todo se repetirá en el mismo orden y sucesión... Y hasta esta araña y este claro de luna entre los árboles y lo mismo este instante y yo mismo...
El eterno reloj de arena de la existencia dará la vuelta siempre de nuevo, y tú con él corpúsculo de polvo
O puede que hayas tenido alguna vez la vivencia de un instante prodigioso en el que responderías: -¡tú eres un dios y nunca oí nada más divino!- Si aquel pensamiento llegase a apoderarse de ti, te transformaría como tú eres y acaso te aplastaría. En todo tu obrar, a cada cosa y a cada paso, se impondría como la carga más pesada la pregunta: -¿quieres que se repita esto otra vez y aun innumerables veces?-."

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